Los altibajos de Haití permanecerán conmigo para siempre. Baste decir que en mis 10 años en el lado haitiano de la isla Hispaniola, he aprendido muchas lecciones, rasgos de carácter que he adoptado de la fuerza y la resiliencia de la gente. Su fe en Dios. Su creencia de que mañana será un día mejor. Los riesgos que asumen a diario solo para llegar al trabajo. Su dedicación a sus familias y el trabajo que realizan es incomparable. Día tras día con la esperanza de superar los disparos, quemando barricadas solo para llegar a la escuela o al trabajo. Constantemente se preocupan si serán la próxima persona en ser secuestrada. ¿Es de extrañar que COVID sea la menor de sus preocupaciones? Pero como dice el proverbio haitiano, lespwa fe viv – la esperanza hace vivir.
El Día de San Patricio, el Día de Acción de Gracias y la Navidad siempre se han asociado con los recuerdos más felices. Incluso en Haití, el Día de San Patricio se celebra entre los irlandeses y los irlandeses adoptados, al igual que el Día de Acción de Gracias. La fiesta navideña de Kay Christine, un día de pura alegría, felicidad, canto, baile y compartir, donde incluimos a todos, desde nuestros maravillosos niños, jóvenes y adultos con discapacidades, hasta nuestro dedicado equipo de terapeutas y cate. Todos lo esperan con ansias durante meses, las sonrisas de alegría iluminan el hogar y llegan a todos los miembros de la familia NPH que lo han hecho posible en todo el mundo. De Kenscoff , a Mayo, a Italia…
En Haití, tuve muchas oportunidades y roles dependiendo de las situaciones que surgieran, incluyendo enseñar a estudiantes con dificultades de aprendizaje, capacitar a maestros, aprender a mantener un sistema de filtración de agua, ayudar a cuidar a niños con diversas necesidades especiales cuando estaban hospitalizados para proyectar escritura.
Los amigos que haces a lo largo de los años se convierten en tu familia lejos de casa. Amigos de Argentina, Italia y muchos países más, uno de los cuales incluye a Ucrania. Adquieres nuevas habilidades que nunca creíste posibles, y nuevos idiomas también… Pero más que la mayoría, desarrollas resiliencia.
Desea que los adolescentes y adultos jóvenes en los países desarrollados puedan tener las mismas oportunidades de viajar, vivir y experimentar otras culturas y formas de vida. Desarrolle menos dependencia de la tecnología y la energía y más de las cosas simples de la vida, el aire fresco, el agua potable limpia, la seguridad y la resiliencia personal.
Una vez más, Haití y sus luchas se han visto ensombrecidas por la guerra en Ucrania; desafortunadamente, Haití no está solo en sus luchas en curso. No podemos olvidar ni renunciar a esos pequeños y luchadores países. Todos los niños merecen un camino seguro a la escuela, a un hogar ya vivir con dignidad.
Pienso en lo que sucede en Haití a diario. A veces me siento frustrado y enojado porque los problemas se sienten insuperables. Otras veces me siento bendecida por haber experimentado lo que tengo, por conocer a las personas que he conocido y por recibir esperanza y dársela a otros cuando más lo necesitaban. Siempre trato de alentar en Irlanda a conocer el verdadero Haití, el carácter y las costumbres, que es tan diverso y único , y no insistir en lo negativo. También los animo a ofrecer esperanza donde puedan.