En 2004, *Michel era un niño de 13 años que caminaba en la oscuridad al borde de la ruta nacional que une a Cochabamba con Santa Cruz. Cada noche vendía bolsas de comida a los pasajeros de los buses que paraban en la cabina de registro de tránsito.
Michel era como más de tres mil niños y niñas (de 5 a 17 años) que hoy trabajan en Bolivia, según un estudio de 2019 del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Michel, el tercero de cinco hermanos, vivían con ellos en la comunidad de La Arboleda con su abuelo porque sus padres no podían cuidarlos en ese momento. En la actualidad Michel es un joven de 19 años, muy optimista y carismático. Su sonrisa revela su poderoso talento para generar conversaciones e interactuar con las personas. Michel es un estudiante prometedor, lleno de fuerza y dedicación.
Pero cuando Michel tenía 13 años, sus días comenzaban muy temprano y terminaban tarde. Consiguió trabajo como mesero en un pequeño restaurante ubicado en la vía principal que conecta la ciudad de Santa Cruz con la ciudad de Cochabamba.
Sus labores no se limitaban a atender a los clientes en las mesas. Michel y su hermano mayor trabajaban juntos, vendiendo comida a los pasajeros de bus. Ellos cocinaban los alimentos que luego salían a vender embolsados en las carreteras cada noche. Los muchachos se arriesgaban estirando sus pequeños manos para alcanzar las ventanas de los viajeros, con el riesgo de sufrir accidentes de tránsito en la oscuridad.
Pese a lo peligroso, ilegal y peligroso de su trabajo, Michel lo valoraba mucho. Esto fue porque él no siempre podía trabajar y porque las ventas variaban. Aunque su educación fue irregular, Michel hizo esfuerzos para seguir estudiando, su jefe lo llevaba a clases y de esta manera pudo continuar su aprendizaje.
Michel siempre fue agradecido con la vida y las oportunidades que se le presentaron, también valoró mucho la educación. En sus palabras, “La educación es lo mejor. A través de la educación tienes la oportunidad de trabajar sin que te exploten y habrán más oportunidades de trabajar porque tienes estudios que te respaldan”
La vida de Michel fue transformado
La vida de Michel cambió considerablemente a finales del 2004, cuando ingresó a NPH Bolivia, junto con sus hermanos. El hogar de NPH está ubicado a 30 minutos de La Arboleda, su pueblo natal. El proceso de adaptación fue corto ya veces difícil. Michel y sus hermanos notaron el cambio de sus vidas en la alimentación, la educación y su salud.
Michel logró desarrollarse muy positivamente gracias a NPH. Los cuidadores recuerdan su carisma, su prestación para colaborar, y su gusto en la forma de vestirse. Aunque Michel siempre fue travieso, supo también guiar a su hermanos y amigos por el buen camino cuando era momento de ser responsable.
Muchos jóvenes lo consideraban ser un líder de NPH y lo ven como un ejemplo por su dedicación y esfuerzo. Gran parte de su tiempo en NPH Michel lo pasaba en el área de agricultura. El Tío Hugo, el encargado de agricultura, fue con quién realizó un año de trabajo, asistiéndole en labores de la granja, lechería y limpieza de jardines.
Tío Hugo tiene claro cómo define a Michel: “Es muy trabajador, aprende todo y nunca dice que no cuando alguien le pide ayuda”. Michel es conocido por ser un joven de trabajo duro, sabe manejar las máquinas de agricultura, trabaja largas horas en el sol y siempre destaca por su buen desempeño.
Un joven sueña de motores y la educación
Sin embargo, Michel no quiere estudiar ganadería ni nada relacionado, Michel sueña en tener un servicio técnico para autos. Él le apasiona el funcionamiento de las máquinas y le encantan los autos. Michel recuerda que siendo pequeño vio un servicio mecánico que llevaba su apellido. Desde entonces tuvo el sueño de hacer su propio servicio mecánico.
El año 2021 Michel terminó la secundaria y fue nombrado estudiante estacado, recibiendo un reconocimiento especial y un monto en efectivo para incentivar sus estudios. Además, Michel aplicó a las becas que otorga la fundación Puedes Creer gracias al Banco Mercantil Santa Cruz, becas completas de técnico universitario en emprendimiento, que ofrece la Universidad Católica boliviana y que apoya con toda la carrera completa, un estipendio monetario y un seguro de salud.
Hoy el mayor reto para Michel es continuar sus estudios para poder apoyar a su familia, que es lo más importante en su vida. Michel siempre fue muy pegado a sus hermanos y su madre y ellos son el motivo principal para seguir sus sueños. Aunque las noches de desvelo trabajando siendo niño, ahora son solo un recuerdo para Michel, hoy en día aprovecha al máximo el tiempo para ayudar a su familia y seguir sus estudios. Él sigue perseverando por poder tener un día una fotografía de él frente a su servicio de Mecánica automotriz.
La historia de Michel es sólo una de miles de niños que viven en Bolivia y que trabajan para apoyar en sus hogares y para subsistir. Desde su fundación en 1954, el Padre Wasson cambió miles de vidas. El caso de Michel es una de ellas. En el mundo han crecido más de 20.000 niños en los 9 hogares de NPH. Hoy hay más de 6.400 niñas y niños que reciben una educación con el apoyo de NPH.
En Bolivia casi 100 niñas, niños, adolescentes y jóvenes son parte de la familia NPH y esto es posible gracias a la colaboración de donaciones de corazones cálidos que cambian vidas sumando esfuerzos.
Aunque Michel no conoció en persona al Padre Wasson, él sabe que lo conoció por el resultado de su trabajo, por cómo cambió su vida y la de su familia. Si Michel pudiera hablarle hoy al Padre Wasson, él le diría, “Gracias, por haber tenido ese maravilloso corazón y ayudar a niños, niñas y jóvenes para cambiar sus vidas y darles la oportunidad de estudiar, vivir en familia y seguir adelante.”
Si quieres apoyar a la educación de los niños de Bolivia como Michel, haz clic aquí para donar y ayúdanos a convertir los sueños en proyectos y los proyectos realidad.
*El nombre ha sido cambiado para proteger la privacidad del joven.